Me acuerdo cuando empecé a formarme como terapeuta, aprendiendo a dar masajes. Mi maestra nos decía que la ética del terapeuta era muy importante. El respeto del cliente, la escucha, la paciencia, el sostén que uno puede brindar en una sesión que en aquel tiempo era de masaje terapéutico.
Una década ha pasado casi y hoy me vuelvo a cuestionar, donde esta la ética del terapeuta?
Florecen shamanes y sanadores por todos lados. Con una variedad de técnicas canalizadas y demás.
Con esos tiempos donde la tierra está en un punto donde cada paso dado, cada palabra, cada rezo cuenta, como podemos ser cada día mas congruentes y ayudar a sanar desde el corazón y no desde el ego?
Al origen de todas las civilizaciones había siempre un sanador, una sacerdotisa, un mago, un shaman, alguien que nacía con ese don y que la tribu esperaba, veía venir en sueños, y el destino del bebe recién nacido no podía ser otro porque así era cobijado por el rezo de los ancestros y crecido, elevado hacia su función para la comunidad.
Y cada ser tenía una función especial. Cada ser tiene un porque en este plano.
¿Si él o ella quería? No estoy segura de que entraba en el balance el libre albedrio del ser elegido una vez encarnado. Lo que si es cierto es que tener dones de visión y de sanación viene con una gran responsabilidad.
Hoy veo cada vez mas autonombrados shamanes que tomaron un curso de 6 semanas en línea y comparten lo que saben, en sesiones privadas o en ceremonias grupales, seguro con mucha fe, pero con cual consciencia de lo que sucede cuando uno entra en el campo energético de la persona y mueve las energías. Con cual consciencia de los seres invitados a colaborar. Con cual consciencia de las consecuencias.
Antes era muy curiosa y cada evento que sonaba espiritual iba de chismosa. Para aprender, para mirar, para tejer con gente que creía que sabía más que yo.
Y tuve que ir a ayunar bajo un árbol para entender que todas las respuestas estaban dentro de mí. Bendito y controversial Camino Rojo que me abrió la visión. Con los años aprendí a escuchar la voz del corazón y hacerle caso. Mirar, vivir y soñar la verdad.
Hoy más que nunca la energía se disfraza. Algún evento de sanación o taller que parece bonito puede dejar mas huellas densas que beneficios. He tenido clientes que vinieron a buscarme porque se sentían demasiado abiertos y algo no estaba bien después de haber acudido a una ceremonia de cacao mal corrida.
Hablo de ese tema porque me ha pasado varias veces ir a temazcales y ceremonias buscando sanación y salir peor que nunca. Entonces ahora es mi responsabilidad avisar que no siempre es como parece que es, por mas fama, mas likes, mas abiertos parecen ser a primera vista esos facilitadores. Todo tiene un precio. Todo es energía. Que dejamos a cambio de esos malos tratamientos? Que aprendemos y a que costo?
Creo en que los nuevos tiempos que se están acercando son tiempos donde no es necesario sufrir o ofrendar sangre y sudor para sanar. Creo que podemos sostenernos desde la ternura y el amor verdadero.
También creo que es responsabilidad de cada quien de consultar con su corazón antes de pedir sanación a alguien, por más títulos que tiene. Empezar a escuchar su intuición, la voz bajita que guía, que siembra las buenas ideas en el camino. También la que susurra que hay algo no alineado aunque no sabemos bien definirlo, pero que hay algo que no resuena. Esa misma voz que cuando no la escuchamos, acabamos diciendo sabía que no tenía que ir.
En lo personal, siempre voy con alguien que me han recomendado. Ahora tengo mi red presencial y en línea de compañeros y compañeras sanadores de confianza que otorgo que entren en mi campo, toquen mi espalda y le mueven las energías. Seres de confianza total a quien entregaría mi cuerpo, mi espíritu, las llaves de mi casa y mi corazón. Así son mis relaciones.
Siempre es muy importante que den su permiso antes de cualquier trabajo. Nada ni nadie entra en su campo sin su consentimiento.
El camino de sanación es una búsqueda infinita. Sanamos por capas y por mas que agradecemos lo sanado, luego surge otro tema, y otro tema, y otro tema. Y aunque podemos tener la sensación que esta vida está balanceada, surgen las vidas pasadas, los ancestros, las sanaciones de linajes, y del colectivo.
Y a la vez es lo fascinante, que uno nunca se aburre. Siempre hay materia para pensar, para sanar, para cantar.
Ahora mas que nunca los velos entre los mundos son muy delgados. La energía se disfraza y puede llegar a ser complejo distinguir si la persona que propone su servicio de sanación trabaja realmente desde la luz y desde el corazón, o desde el ego, la herida y la necesidad de reconocimiento. Si realmente es alguien que camina en belleza y congruencia. Si realmente es alguien a quien le entregaría su ser ciegamente.
Espero esas palabras le traen una reflexión para los días lluviosos. Que su corazón sea siempre su mejor apoyo, su fiel compañero. Que se abra el camino hacia la verdad y que podamos compartir desde un solo corazón.
Gracias! Gracias! Gracias!
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